"¡No purguen azúcar, que ya no cabe más!"

Israel García rememora su trabajo en el viejo central Dos Rosas, hoy parte del Consejo Popular Humberto Álvarez

Israel García, alias 'Nene', extrabajador del viejo central Dos Rosas. (Roma Díaz)
Israel García, alias 'El Nene', extrabajador del viejo central Dos Rosas. (Roma Díaz)
Roma Díaz

05 de septiembre 2020 - 10:30

Varadero/Desde los 15 años se desempeñó como estibador en el central Dos Rosas, "cargando sacos al lomo", cuenta Israel García. El Nene, como lo llaman de cariño, mantiene frescos sus recuerdos a sus 87 años como si los hubiese vivido hace unos días.

El batey del antiguo central es hoy, junto con otras viviendas construidas posteriormente, parte del Consejo Popular Humberto Álvarez, donde vive Israel García, a pocos kilómetros del polo turístico de Varadero.

La fábrica y los campos de caña pertenecían a una prestigiosa firma norteamericana, y era, por el valor de sus propiedades, la más importante inversión de capital yanqui en Cárdenas

Después de ser estibador, Israel realizó otros trabajos menos duros, como consecuencia de los avances implementados en el ingenio. Por ejemplo, cuidó que no se derramara el azúcar de las calderas: "Recuerdo que eran tres cuadrantes. Cuando se llenaban les gritaba a los trabajadores: ¡no purguen azúcar, que ya no cabe más!".

Para ayudar a cristalizar el azúcar, le agregaban alcohol. Así, el grano se agrandaba y se volvía más fuerte.

La fábrica y los campos de caña pertenecían a una prestigiosa firma norteamericana, y era, por el valor de sus propiedades, la más importante inversión de capital yanqui en Cárdenas.

Con la llegada de la revolución,el ingenio pasó a llamarse Humberto Álvarez Abreu, en honor a un dirigente obrero y funcionó hasta 2002. En esa fecha, se "desactivó" como consecuencia del Programa Estratégico de Reestructuración de la Agroindustria Azucarera, que, como tantos planes de extensos nombres en la Isla, acabaría incumpliendo sus objetivos.

En el tono de voz de El Nene se percibe cierta indignación al evocar los motivos del cierre del central, porque, según él, era el único que no consumía petróleo y el azúcar era fina como en pocos ingenios del país. Por esos años disminuyó el precio del azúcar a nivel mundial y cerraron varios centrales, entre ellos Dos Rosas.

Tiempo atrás, relata Israel, apenas había casas en la zona, solo las de los trabajadores del central. Ahora, el antiguo Dos Rosas está custodiado por los llamados llega y pon, casas prefabricadas de emigrantes provenientes de la zona oriental del país.

Lo que queda del central se encuentra en precarias condiciones. En el sitio que algún día contribuyó a que el territorio cardenense despuntara como una de las zonas azucareras más importantes de la Isla malviven hoy los emigrantes que han levantado casas de cartón o madera e intentan mejorar sus condiciones de vida con un trabajo en la zona turística de Varadero.

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