"Hay mucho talento en este país que lamentablemente se pierde"
La cubana Mónica Baró gana el Premio Gabo por un reportaje sobre envenenamiento con plomo en La Habana
Medellín/El reportaje La sangre nunca fue amarilla, que reconstruye un caso de envenenamiento por plomo en un barrio de La Habana, publicado por la revista digital independiente cubana Periodismo de Barrio, fue galardonado este jueves en Medellín con el Premio Gabo 2019 en la categoría de Texto.
"El envenenamiento comenzó en la década del 50 del siglo pasado, con unas fundiciones de plomo que había en los alrededores, y que con el tiempo cerraron, pero nadie tuvo conciencia de ese envenenamiento hasta finales de 2006", señala el concepto del jurado de la séptima edición del Festival Gabo.
Los otros dos trabajos finalistas fueron Volver para incendiar a Colombia, de la revista Gatopardo de México, sobre el escritor Fernando Vallejo, y O general do capitão, de la revista brasileña Piauí, sobre el vicepresidente de ese país, Hamilton Mourao.
El reportaje ganador, de autoría de Mónica Baró, de 31 años y residente en la Isla, revive la historia "a partir de una exploración de las memorias y miedos de sus protagonistas"
El reportaje ganador, de autoría de Mónica Baró, de 31 años y residente en la Isla, revive la historia "a partir de una exploración de las memorias y miedos de sus protagonistas", habitantes del municipio habanero de San Miguel del Padrón.
Son familias que se mudaron de la zona, que ahora se encuentran a salvo, "aunque con secuelas para el resto de sus vidas", así como otras que aún permanecen en el lugar y que no han podido acceder a los estudios médicos y ambientales apropiados.
"El texto, construido a lo largo de más de dos años de reportería, es una propuesta con pulso narrativo que recupera y reivindica el derecho del periodista a invertir tiempo en su historia, en épocas en los que hemos perdido esta cualidad, sometidos a métricas y a productividad examinadas con lupa", explicó el jurado.
14ymedio pudo hablar con Baró poco después de recibir el premio. La reportera explicó que no había tenido mucho tiempo de pensar en nada, y que, aunque tenía la ilusión de ganar, no había seguridad de que así ocurriera; ella ya se sentía afortunada por el respaldo de amigos en las redes sociales y otros periodistas. "sentí un poco de temor de defraudarles por no ganar, era realmente lo que más me asustaba. Cuando dijeron el nombre del reportaje me invadió una alegría".
Lo que si sabía desde el inicio es que si tenía la oportunidad de subir al escenario, hablaría de Cuba. "Iba a hablar de mi reportaje y lo que denunciaba, pero también de la realidad cubana; era algo que tenía muy claro desde que participé en el Festival, porque cada vez que tengo el mínimo espacio de contar sobre la realidad nuestra lo hablo. Creo que si tuviéramos acceso para hacer periodismo con garantías jurídicas, aquí, en el Premio Gabriel García Márquez, habría mucha más presencia de cubanos, porque hay mucho talento en el país que lamentablemente se pierde", afirmó.
Baró habló también de las dificultades que afrontó a la hora de trabajar. "Lo más difícil fue el acceso a las fuentes de información por el problema de las restricciones de libertades que tenemos en Cuba, pero también fue difícil identificar la historia, lidiar emocionalmente con ella, porque había problemáticas que para mí fueron totalmente nuevas, fue un reto emocional y profesional. (...) Creo que es una investigación que sería un reto incluso en un país democrático pero en Cuba es como una pelea en esas dos direcciones: la lucha por obtener la información y poder reportar sin que te detengan, y por otra parte tratar de entender el tema a profundidad, porque es un tema complejo".
El jurado destació que el trabajo de Baró "presenta una superposición de imágenes que revelan la dimensión de un desastre ambiental y de salud, al tiempo que no olvida recrear las calles de La Habana, ofreciendo así una postal completa de la Isla, sin acentuar el drama de países sometidos por la burocracia y el asedio constante a la libertad de prensa".
La ganadora también contó a este diario la complicidad lograda con sus colegas, en particular las venezolanas. "Saben lo que es hacer periodismo en condiciones críticas de acceso a libertades de prensa y expresión. Para ha sido una ceremonia preciosa y especial porque han habido muchas mujeres ganadoras en los trabajos que se han premiado. En la categoría de cobertura, la mayoría de las reporteras eran mujeres y fue un trabajo sumamente difícil porque era sobre las fosas comunes en México, donde tuvieron que enfrentar, según contaron ellas, retos emocionales bien fuertes.
La Fundación Gabo, que otorga los premios en el Festival Gabo que se celebra cada año en Medellín, fue creada con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de su fundador, el nobel colombiano Gabriel García Márquez.
La Fundación Gabo señaló que desde que se independizó de los medios del Estado, Baró perdió el reconocimiento como periodista en su país
La autora del reportaje se graduó de Periodismo en 2012, en la Universidad de La Habana y entre 2015 y 2018 trabajó como reportera y miembro del consejo editorial de Periodismo de Barrio, desde donde luego pasó a El Estornudo, otro medio digital independiente.
La Fundación Gabo señaló que desde que se independizó de los medios del Estado, Baró perdió el reconocimiento como periodista en su país. Baró ya había sido finalista del Premio Gabo hace tres años con el texto La mudanza, recordó la organización.
"Estuve en el de 2016, pero este lo siento sumamente especial. También el premio de excelencia que entregaron al fotógrafo, que dio un discurso increíble y por esta presencia imponente de mujeres con temas tan complicados. Creo que la atmósfera aquí es de mucho orgullo del trabajo en colaboración que ha habido y de compromiso con el periodismo; de mucha vocación. Eso es algo que te regenera y te llena de fuerzas para seguir trabajando", indica.
El Festival Gabo premia cada año las mejores historias del periodismo iberoamericano en las categorías de Texto, Imagen, Cobertura e Innovación.
También entrega el Reconocimiento a la Excelencia, que este año fue para el fotoperiodista colombiano Jesús Abad Colorado, mientras que Luis Enrique Rodríguez, director alterno del servicio informativo de Caracol Radio, ganó el Reconocimiento Clemente Manuel Zabala a un editor colombiano.
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