Una revista le ajusta el reloj a Camagüey
Camagüey/Dos será difícil, tres un imposible y cuatro, un milagro. Así responden los involucrados con revistas independientes cuando se les pregunta cuántos números creen que lograrán publicar. De ahí que resulte tan reconfortante recibir la cuarta entrega de La Hora de Cuba, realizada desde la ciudad de Camagüey sin apoyo institucional.
A falta de una autorización para ser vendida en los estanquillos, la publicación circula a través de las redes alternativas de distribución. En esta ocasión, junto a un diseño innovador y una amplia variedad de temas, la nueva edición incluye a un mayor número de colaboradores, la mayoría de ellos radicados en la urbe agramontina.
El director de La Hora de Cuba, Henry Constantin, comentó a 14ymedio que el número recién publicado "se distingue por una abundante presencia de jóvenes e independencia de pensamiento". El periodista se vanagloria de que en sus páginas "se reúne a escritores y artistas sin tener en cuenta su edad, su nivel académico, ocupación o desocupación".
El principal reto de La Hora es la distribución hacia el interior del país. Para ello, ya han logrado imprimir algunos ejemplares "con esfuerzo propio"
El atrevimiento y los deseos de expresarse caracterizan a un equipo de trabajo donde hay desde veterinarios hasta actores de teatro. Entre sus mayores objetivos está otorgarle a la revista una personalidad propia en un momento de auge de publicaciones independientes en formato digital y de una avalancha de materiales audiovisuales en el mercado informal.
Desde sus inicios, La Hora se ha preocupado por cuestionar algunas situaciones de la realidad cubana y meditar sobre ellas, de ahí las fuertes críticas sociales que caracterizan a varios de sus trabajos. Blanco de algunas críticas que pueden leerse en este número son el comandante de la Revolución Guillermo García Frías o la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey.
Constantin asegura que el proyecto es "de los pocos que se atreve a cuestionar a personas o instituciones de rango", una postura que se permiten al ser "totalmente independiente" y no haber contraído "vínculo institucional alguno". Para su director eso los mantiene "a salvo de la manipulación política aunque representa un problema para la divulgación".
El principal reto de La Hora es la distribución hacia el interior del país. Para ello, ya han logrado imprimir algunos ejemplares "con esfuerzo propio", aclara Constantin, pensando en "aquellos que no tienen acceso a internet".
Sin embargo, considera que la necesidad de información lleva a los lectores a buscar la revista y compartirla, porque "en Cuba hay una sed atroz de periodismo", reflexiona el activista, quien enumera entre los desafíos para este año "llegar a más gente y a un número mayor de sectores culturales".