El tabaco, una adicción insana

Cuba, como importante país productor y exportador de tabaco, cuenta con una general aceptación social de su consumo. Aunar el tabaco como fuente de trabajo e importante actividad económica, con el consumo perjudicial para la salud es difícil. No obstante, hay que incidir en este último apartado y promover el mensaje de que para cuidar la salud y llevar una vida saludable es necesario empezar por dejar de fumar. Tabaco y salud son incompatibles.

Cuando fumar es un hábito

El consumo de tabaco empieza, normalmente, como un hábito social. En Cuba, fumar está tan arraigado que forma parte de nuestra cultura y folklore. Además de ser una actividad económica significativa para la Isla, constituye una costumbre que rodea la vida cotidiana en todos sus ámbitos. No sólo los fumadores resultan perjudicados por sus efectos dañinos, sino que los llamados "fumadores pasivos", aquellos que no lo consumen pero "se tragan" el humo, padecen las consecuencias como el más adicto.

Ganar conciencia

Parece que en los últimos tiempos la sociedad cubana ha ido ganando conciencia, en cierto modo, de la necesidad de aspirar a una vida sana, empezando por dejar de fumar. Una de las claves fundamentales para erradicar el consumo de tabaco es promover sus efectos nocivos en Cuba, país productor de tabaco en el que esta idea es más difícil de asentar.

Sin embargo, las campañas emprendidas en este sentido han llegado a los ciudadanos. Estar informado convenientemente de sus efectos perjudiciales es un punto prioritario a la hora de tomar conciencia de lo malo que es para la salud. Sobre este punto, la situación del tabaco en Cuba es paradójica. Mientras el 29 de mayo se celebra el "Día del Trabajador Tabacalero" enalteciendo el mercado del tabaco, tan sólo dos días más tarde, el 31 de mayo, los medios de comunicación se hacen eco del "Día Mundial sin Fumar" proclamando el mal que hace ese mismo tabaco. De un modo u otro, con información y conocimiento cada uno puede analizar si le conviene o no dejar de fumar.

Efectos nocivos

Ya ha quedado claro que fumar es malo. Hacer una aproximación a sus efectos nocivos sobre el organismo no deja lugar a dudas si alguien se muestra escéptico.

- Afección de los sistemas cardiovascular y bronco- pulmonar: Son los principales afectados en nuestro cuerpo. Aumenta el riesgo de sufrir un infarto, bronquitis crónica y enfisema pulmonar o EPOC (Enfermedad Obstructiva Crónica)-.

- El cáncer: La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el tabaco provoca esta enfermedad. En concreto, su consumo continuado puede derivar en cáncer de pulmón, de los órganos digestivos –colón, intestino o estómago-, de laringe y de vejiga –aparato urinario-.

- Enfermedades bucales y de la mucosa oral: Con la combustión del cigarro se genera una cantidad de calor que, en contacto directo con la boca –mucosidad oral- genera una serie de efectos nocivos que es probable acaben convirtiéndose en gingivitis –inflamación y sangrado de las encías- y/o periodontitis –llamada comúnmente "piorrea", une las consecuencias de la gingivitis con una pérdida ósea del hueso que rodea a los dientes-.

- La úlcera péptica: Los fumadores corren el riesgo de tener una herida abierta en el estómago o duodeno.

- Las infecciones: Fumar supone estar más expuesto a ellas ya que el tabaco resta inmunidad frente a las posibles infecciones que puedan surgir. Hay más posibilidades de tenerlas que las que pueda tener un no fumador.

- Otras enfermedades: Hay otras patologías típicas en fumadores como las cardíacas, las de los vasos sanguíneos, la úlcera de estómago, así como la predisposición a la arterioesclerosis.

Tabaco y embarazo, una pésima combinación

Fumar en el embarazo es nefasto, no sólo para la madre, sino para el feto. La OMS cifra en un 70% el número de hijos de padres fumadores –sobre todo madres- con más probabilidad de ser ingresados en un centro médico a causa de enfermedades respiratorias. El que la madre fume durante su embarazo afecta directamente al peso de los recién nacidos que es menor al de los hijos de no fumadoras, lo que les expone más a cualquier complicación prenatal y de salud.

Son muchas las razones para dejar el tabaco. Tantas que se podría profundizar más en sus negativas consecuencias. Pero sólo con una aproximación queda claro que ser fumador es atentar contra uno mismo, su calidad de vida y su bienestar. ¿Merece la pena que por fumar pongamos en riesgo nuestra salud e incluso nuestra vida?